sábado, 20 de septiembre de 2008

Cashback

No sé de dónde saqué que el arte es la capacidad que tiene una persona de ver belleza en las cosas que hacen el resto. Y plasmarla luego en lo que esa persona mejor sabe hacer. Tenía ganas desde hacía tiempo de ver esta película, y aunque cuando me la he puesto esta tarde, he tenido la sensación de que esperaba algo distinto, más emotivo, al final me he dado cuenta de que es mucho más de lo que a simple vista parece. Como una obra de arte.


Ben Willis es un palurdo estudiante de Bellas Artes, sin personalidad, sin ambiciones, sin posiblidades, que ha roto con su novia. El chico, enamorado de las cosas bellas y con demasiado tiempo para pensar en su relación frustrada, desarrolla un estado de insomnio permanente, que logra afianzar aún más su desdicha. La solución a su problema la encuentra en un supermercado nocturno, en el que emplea su tiempo como reponedor en pintar la belleza que entra por la puerta.

Lo que Ben no espera encontrar en ese supermercado, es a un variopinto grupo de personas que le harán descubrir un don especial, un don que sólo un artista como él puede poseer. Y quizás también la cura a su insomnio.
Las ocho horas adicionales de Ben.

Escondidos entre los segundos fugazes que apunta la historia, encontramos momentos realmente maravillosos repletos de una magia que sólo se explica con el talentoso manejo de un discurso que se antoja poesía visual. Los 102 minutos que dura el metraje son una sucesión de estrofas unidas por la soledad y la amargura del protagonista, Ben. Una sola disertación engarza momentos que parecen no conducir a un fin concreto, pero que en realidad son un puente hacia un final que no deja de ser sorprendentemente exquisito.



Las ochos horas de insomnio, junto con el paso del tiempo y el qué hacer con él, son los pilares sobre los que Ben apoya y nos cuenta su historia, en primera persona, y nos da una visión única y atemporal del enamoramiento. Como si de un ensayo se tratara.

Y la condesación de la belleza en un segundo.
Como si fuera el último segundo, cada minuto de la película deja margen para reflexionar sobre lo que se está viendo, como si estuviéramos delante de un cuadro y nos tomáramos un tiempo para observarlo. Los movimientos de los protagonistas, pausados, pensados y armoniosos, se endulzan con la débil música que emotiva si cabe aún más la extraordinaria visión de una trama de por sí intimista, pero tratada también desde una visión muy personal del director. No en vano es una adaptación al formato largo de un cortometraje suyo, galardonado y aclamado por crítica y público.


Por qué Cashback es una de mis must seen movies?


Por la simple belleza del conjunto, de sus partes y componentes, así como de las composiciones que forman el compedio de relaciones puestas al servicio de una disertación, la de qué es el amor.


viernes, 27 de junio de 2008

Across the universe

Un apunte antes de empezar...prometí que sería otra película, que queda en el tintero, pero he descubierto esta maravilla estos días y no puedo dejar de verla...o escucharla?
Os dirán que lo mejor es que se escuchan los mejores títulos de los míticos de Liverpool, pero yo digo que, además, Across the Universe es un arriesgado ejercicio audiovisual que, en ocasiones, llega a rozar la perfección.

Jude (ya os imagináis por qué el nombre...) es un chico en busca de una versión distorsionada del sueño americano, vista bajo el prisma de la acidez que le empaña su mediocre vida en Liverpool. Aunque el motivo del viaje se nos presenta al principio, desaparece en seguida, dejando paso a una historia de amistad que derivará, entre otras cosas, en un retrato de la sociedad americana de finales de los 60, con crítica a Vietnam incluida.

Lucy es una joven de familia adinerada que vive por y para su país, los Estados Unidos. Una visita de su hermano y la noticia de que su novio tiene que unirse en batalla por la patria en Vietnam, dan a Lucy otra vision de su propia existencia, que la llevan a actuar de una forma tan radical que seguro ni ella misma imaginaba en aquel último baile de graduación.

Zizagueando entre los dos protagonistas, encontramos a una serie de personajes que entrecruzan sus caminos con Jude y Lucy, para formar un puzzle que se percibe un tanto complicado para el espectador en el primer visionado, pero que no deja de ser una de las maravillas de la película una vez se ha saboreado.

De canciones que cuentan historias.

Por lo tanto, musical. Es quizás por eso, porque es muy musical, que la historia de la película queda tamizada entre canciones y uniones un tanto confusas al principio, dejando una extraña sensación a camino entre la perplejidad y la satisfacción. Sin embargo, es una sensación que ya se nos advierte desde los primeros minutos de la cinta, en la que Jude (increíble Jim Sturgess) se lamenta por una historia de amor pasada, y directamente un montaje encadenado y con sobreposiciones nos resume el conflicto que marcará a los protagonistas, la guerra de Vietnam.

No debería extrañarnos si conocemos a la genio detrás de la cámara, Julie Taymor. La directora estadounidense, forjada en Brodway, demuestra su gusto por la puesta en escena teatral de los números musicales, que combina con escenas coloristas y surrealistas, algo que ya hizo con su anterior largometraje, Frida, en el 2002. Así que aviso para futuros espectadores: no estamos ante un musical al uso (aunque sea el género que quizás se dé más a escenas de tinte surrealista); casí lo resumiría en un cruce entre Big Fish, de Tim Burton, y Moulin Rouge, de Baz Luhrmann. Aunque las comparaciones sean odiosas.

Jóvenes, guapos y cantantes.

El reparto es crucial, más en un musical. Y creo no ir encaminada si digo que han acertado de lleno en el casting. Encabeza un poco conocido hasta la fehca del estreno, Jim Stugess, dando vida al joven y, al principio desmotivado Jude. La otra cara de la moneda, una risueña y alegre Lucy, es interpretada por Evan Rachel Wood, uno de los descubrimientos de la polémica Thirteen. El punto medio de la historia, Max (hermano de Lucy), es Joe Anderson, otro reciente descubrimiento, que quizás alguien recuerde de una película que personalmente disfruté, a pesar de ver los grandes y garrafales fallos, Copying Beethoven.

Además de poner una bonita cara, las actuaciones, en especial la de Sturgess, encandilan por el abanico de matices que descubrimos a través de gestos y miradas (puesto que el diálogo se lleva poco, entre canción y canción).


Por qué Across the Universe es una de mis must seen movies?

Siendo poco dada a ver musicales, reconozco que el mérito del ejercicio visual y de coordinación, merecen un once sobre diez, por lo que no debería dar más motivos para recomendarla.

Sin embargo, es probablemente lo tierno de la historia que engancha, no sólo por los protagonistas, sino por la cantidad de elementos que se mezclan en un mundo que parece un combinado de batido de fresa con un tequila. Aunque la sensación final sea la de daikiri de fresa con una hojita de menta. Por varias razones. La primera (el batido de fresa), es el colorido y la puesta en escena de unos números musicales que fascinan hasta el último segundo de la cinta, coordinados con las míticas letras de los Beatles de tal forma que parecen escritas para la película en lugar de haber sido introducidas con acierto. La segunda razón (el tequila), es esa sensación amarga de algunas partes de la historia (sobre todo las escenas de guera) y los números más surrealistas, como el de la carpa de circo, un punto de acidez en mitad de un combinado más bien edulcorado. Sensación final: un daikiri fresco, novedoso e innovador, tanto por la forma de contar la historia como por la manera en que se nos muestra. Un verdadero espectáculo visual con una banda sonora impagable. Qué más se puede pedir?


He aquí la página oficial de la película: Across the Universe

Una maravilla, de verdad.

lunes, 9 de junio de 2008

Las vírgenes suicidas


Unas notas electrónicas nos meten de lleno en esta historia que se precipita con la primera frase: "Cecilia fue la primera en irse". Son esas notas y una especie de imagen aterciopelada, con aire retro, las que anticipan de algún modo la etereidad del conjunto. Una etereidad que se confirma en los angelicales rostros de las cinco protagonistas.
Las hermanas Lisbon son esas protagonistas que pasan su existencia entre la fantasía adolescente y las ansias de ver el mundo, de crecer y amar. Acotadas por las estrictas reglas de una madre sumamente católica, las hermanas Lisbon comienzan a cuestionar la verdad de su aparentemente correcta y prudente vida cuando, la más pequeña, Cecilia, intenta suicidarse. La premisa que anticipa la historia se plasma en la fugazidad de una escena de planos cortos, como invisibles, intentando esconder lo obvio para mostrar con sutileza la cuestión de fondo que atormenta a las chicas: la búsqueda de una identidad que les está previamente establecida y contra la que se sienten incapaces de rebelarse.

Lux,
Teresa, Bonnie, Mary ...

Aunque la historia está narrada desde un punto de vista un tanto extradiegético, la protagonista indiscutible de Las vírgenes suicidas es la cuarta hija del matrimonio Lisbon, Lux. Atraída por lo prohibido, Lux es una adolescente curiosa y lujuriosa, que experimenta el placer de los detalles a expensas de su educación cristiana. El coqueteo lolitesco de Lux deslumbra a los chicos del barrio, que, extasiados, no comprenden cómo las hermanas Lisbon se antojan tan inalcanzables. La espiral de placer y dolor, con la excusa de la educación católica que se mantiene en la casa, es la perdición del grupo de hermanas que ven pasar la vida a su alrededor encerradas en una prisión de reglas y mandamientos indiscutibles. La situación es llevada al extremo cuando, en una licencia de su madre para acudir a un baile de graduación, Lux llega a casa de madrugada. Las cuatro chicas, Lux, Teresa, Bonnie y Mary son encerradas entre las cuatro paredes de su propio hogar, que se torna en prisión.


Las chicas viven su religiosidad en plena adolescencia, debatiéndose entre las nuevas experiencias que les brinda la vida y la educación familiar recibida.

...y Sofia.

Aunque le precede su apellido, la joven realizadora "hija de", demuestra con este relato intimista que algo sacó de los genes de papá. La utilización de planos cerrados para mostrar el detalle, la ambientación cuidada hasta el extremo y la dramatización de la historia por medio de una acertada combinación de música y silencios, nos deja una película de una exquisitez impecable. Quizás mal llamada "película de chicas" (y no me lo dijo un amigo, sino una amiga...), la historia de Las vírgenes suicidas nos lleva a un nivel casi imperceptible de desglose de psicologías peculiares y muy bien retradas tanto por la realizadora como por los protagonistas, entre los que destaca la excelente Kathleen Turner, como madre de las chicas. Como protegida de Coppola, brilla Kirsten Dunst, quien ya llevaba antes de esta película una buena retahíla de producciones importantes. Pero, en mi modesta opinión, es en esta historia donde Dunst pone todo el empeño en crear un personaje que consigue una notable empatía con el espectador. Y una vez más, más con sus silencios que con sus palabras.

Unos preocupados señores Lisbon (Kathleen Turner y James Woods)

El conjunto del relato se enmarca y lo completa la época: mediados de los 70, Michigan. Los cambio sociales ya son patentes tras la rebelión juvenil de los 50 y los 60; pero en el caso que nos ocupa, la madre de las protagonistas, esas vírgenes sucidias que escuchaban a Kiss, a Areosmith y sabían de su limitada libertad, no podía mas que velar por el bienestar y la educación de los cuatro ángeles que ocupaban su vida.

Por qué Las Vírgenes Suicidas es una de mis must seen movies?

Quizás sólo por motivos de identificación, pero no puedo quedarme ahí.
La atmósfera que se respira, que transporta al hogar de los Lisbon, a ese pequeño barrio de Michigan, recoge una magia que es captada con increíble acierto por Sofia Coppola. Otra de las bazas de la película se encuentra en la inteligente utilización dramática del sonido (y de la ausencia de éste). La música de Air, y remito al inicio del post, da un aire etéreo, entre lo mortal y lo inmortal, creando una especie de equilibrio emocional que se balancea lo justo para que advirtamos el cambio. Los recursos de montaje, también poco visibles pero cruciales, redondean la sensación de ensueño del film, para que terminemos de comprender, quizás, cómo se sentían esas cuatro vírgenes, y caminemos junto a ellas en su sometimiento al destino que desenlaza el título de la cinta.

He intentado poner un enlace a la página oficial que, por motivos que desconozco, para haber desaparecido. El de abajo es un sitio fan, pero creo que merece la pena echarle un vistazo.

Las vírgenes suicidas

Para terminar, sólo un inciso sobre una escena en particular: el intercambio telefónico de canciones no tiene precio! Y recomendación: se percibe mucho más el tono intimista en V.O. De verdad, que merece la pena.

domingo, 8 de junio de 2008

Casi famosos

1969. Un jovencito ansioso por probar la idolatrada pubertad, descubre que en realidad es dos años menor de lo que creía...en tal desmoralizante circunstancia, sigue el consejo de su madre: "Coje esos años que te sobran y haz lo que te dé la gana...ve en busca de tu sueño"
William Miller. 15 años. Tras haber seguido el consejo de su madre, se ha metido de lleno en la onda rockera por su afición a la música, en su vertiente más periodística: es crítico de música en una revista local. Su gran oportunidad llega cuando el editor de la prestigiosa Rolling Stones, le encarga un artículo sobre una mediocre banda que empieza a despuntar, los Stillwater.
Es así como seguimos a William en una gira con el grupo que le descubrirá no sólo los entresijos de las bandas de rock de la época, sino lo duro y a la vez maravilloso que es eso de "hacerse mayor", con todo lo que eso implica. Envuelto en un torbellino de drogas, alcohol, sexo, desenfreno y mucho rock'n'roll, William intenta mantener su estricta y refinada educación, herencia de su madre (magnífica Frances McDormand), bajo la presión de la responsabilidad de escribir para la revista de música de mayor tirada de todos los tiempos.



De una época que marcó a una generación.

Cameron Crowe, director de la película, ha volcado sus propias experiencias en una obra autobiográfica de juventud. Movido por el sonido prohibitivo de unas letras que clamaban cambios y total libertad de expresión, Crowe consigue enmarcar una historia de madurez en el auténtico ambiente de las giras de rock americanas, centrada esta vez en la banda Stillwater. Podría ser cualquier otra banda, pero el mismo Crowe confiesa que los Stillwater de Casi Famosos, no son otros que los Led Zeppelin originales, aunque en este caso no son Plant y Page los que lideran la banda (y crean conflictos internos en la misma), sino Russell Hammond (un bastante correcto Billy Crudup) y Jeff Bebe (un muy secundario Jason Lee). El espíritu de la época lo consigue a base de sonidos electrizantes y golpes de baqueta que tienen nombres y apellidos. Así es como la banda sonora de la película está cargada de clásicos de la época: desde el incio melancólico de America de Simon & Garfunkel hasta las psicodélicas notas del camaleónico Bowei, que en esos momentos se encontraba en su época glam.


La banda, sus chicas y "el enemigo", un grupo heterogéneo para un sinfín de relaciones.

Stillwater, William Miller y Penny Lane.

El reparto de Casi Famosos podría calificarse de coral, aunque tenemos siempre a un claro protagonista, William. Es a través de sus ojos que vamos conociendo al resto del grupo. Penny Lane, una atractiva groupie, se cruza en su camino en su primera experiencia en vivo de un concierto, el de los Stillwater. Las relaciones que se entrecruzan entre los componentes de la banda, las chicas que les acompañan y el propio William, son las que construyen un buen puñado de historias con un toque único y personal. Billy Crudup, alias Russel Hammond, es el guitarrista y punto de inflexión de muchos de esos encuentros y desencuentros, en especial entre William y Penny Lane.

Porqué Casi famosos es una de mis must seen movies?

Como buena rockera, la estética sesentera y la música, son las principales bazas para disfrutar de esta película. Más allá de lo visual, podemos encontrar vidas "auténticas", como las que busca Russell en un momento de desfase con sustancias poco recomendables y un cabreo considerable (guiños recurrentes a la relación Plant-Page que vivió Crowe en su gira con los Led Zeppelin). Esas vidas auténticas se personifican en un elenco que se mete de lleno en la época, con la búsqueda de una identidad acorde a los movimientos del momento, de lo cool y de la onda. Como paréntesis a todo el teatro que se crea en torno al espectáculo, encontramos momentos íntimos, pequeños, con gran fuerza emocional, como la "salvación" de Penny Lane o la noche en Greenville de las chicas con William, así como los momentos de derrumbe del propio chico. Mención aparte merecen las escenas madre-hijo, con una espléndida Frances McrDormand representando el papel de madre férrea que intenta desesperadamente encarrilar a su hijo, pero siempre bajo el prisma de lo intelectual y la libertad personal que empezaba a aflorar por aquellos años.

Es poco más lo que puedo decir de esta película, así que recomiendo que la busquéis en el videoclub más cercano (no voy a deciros que os la descarguéis...).

Os dejo un enlace a la página web oficial, por si os puede terminar de convencer...:)

Almost Famous

Y que la música no deje de sonar!


Just a word to say hello...

Empiezo mi blog número...ni lo sé...con alguna esperanza de que os intereséis y con la intención de seguir con cierta regularidad las publicaciones de lo que configuran mi personal universo de tributos a películas...que me han marcado. Podéis compartir o no mis gustos, ahí está la opción de dejar comentarios para lo que queráis.
Espero que disfrutéis de las lecturas tanto como yo de hablar de lo que considero mis personales must seen movies. No os las perdáis!
Y bienvenidos...